

La Cultura Organizacional se puede definir como el conjunto de valores, comportamientos y lenguaje que conforman una identidad propia reconocible en la organización. Esta, determina la forma en la que los empleados trabajan e interactúan entre ellos, con los clientes, con los proveedores y con cualquier persona ajena a la organización, ya que es una forma de diferenciarse de la competencia, de retener y atraer el talento y, además, genera fidelidad y captación de aquellos clientes que se sienten identificados.
Cada organización tiene su propia cultura porque cada una tiene su propio estilo de trabajo, y teniendo en cuenta que la mayoría de las personas pasan 48 horas semanales en su trabajo, una cultura organizacional saludable ayuda a los empleados a mantenerse motivados y a sentirse comprometidos.
¿Cuáles son los beneficios de mantener una Cultura Organizacional solida?
- Identidad Propia: No existen dos compañías iguales porque no hay dos culturas de organización idénticas. Tener una buena Cultura Organizacional contribuye a la identificación de los valores de nuestra empresa por parte de las personas ajenas a ella.
- Compromiso: Ayuda a mantener a los empleados motivados y comprometidos con la organización. Cuando los empleados se identifican con los valores corporativos y consideran que son parte fundamental en la creación de la cultura de su organización, son más proclives a contribuir al éxito d la empresa porque siente como suyos los logros a nivel de compañía.
- Unión: La cultura ayuda a formar equipos, incluso si los empleados trabajan en ciudades distintas o teletrabajan. Una cultura bien desarrollada está orientada hacia la cooperación, y cuando esta se aplica correctamente, las quejas y las situaciones adversas disminuirán.
- Servicio al cliente: La mayoría de los clientes están en consonancia con las culturas de sus proveedores, y, sabemos perfectamente que cuando nos gusta una marca o un servicio, repetimos, gastamos más y la recomendamos a otros.
- Talento: Cuando las personas se sienten en sintonía con la cultura de su empresa están más cómodos, más comprometidos y más motivados, por lo que será mas probable que permanezcan más tiempo en nuestro equipo, disminuyendo la rotación y el alto costo que puede implicar la búsqueda de nuevos empleados.
- Comunicación: Cuanto los empleados conocen los principios por los que se rige su organización, es mucho más fácil que sepan cómo y cuándo deben comunicarse y esto es vital para la productividad y el buen desempeño. La información fluirá y los objetivos y tareas, tanto comunes como individuales, se comprenderán y asimilaran mejor.
- Satisfacción Laboral: Es algo muy satisfactorio formar parte de una cultura organizacional bien desarrollada y acorde con nuestros propios ideales, donde los miembros del equipo disfrutan, cooperan y se reconocen por sus contribuciones dentro de la organización a través del feedback. La satisfacción y la felicidad laboral van de la mano del mejor desempeño.
La forma en la que trabajamos de puertas adentro está irremediablemente unida a la forma en que nos proyectamos y somos percibidos de cara al exterior. Ten por seguro que todas las empresas tienen una identidad corporativa, si no la construye el Líder de la organización o la persona responsable de Recursos Humanos, los demás lo harán de manera inconsciente y, casi con toda probabilidad, acabará en el caos. Si no queremos que nuestra cultura sea una jungla en la que impera le ley de la selva, más nos vale poner foco en aquellos valores a los que queremos identificarnos. Y, por supuesto, el ingrediente principal de la cultura corporativa es el ejemplo de sus líderes.
Mediante una adecuada cultura de la organización podremos lograr que aflore lo mejor de cada persona. La motivación irremediablemente nos lleva a la mejora del rendimiento y nos anima a realizar nuestras tareas y objetivos, día tras día, de la mejor manera posible. Es la cultura organizacional la que nos hace llegar a la oficina con ganas y la que nos hace regresar a casa con una sonrisa.