

Para empezar, muchas personas creen que el reto sigue siendo conseguir un trabajo, sin comprender que para lograrlo es fundamental ser empleables primero.
Lo que es importante aprender ahora, es que lo que vendemos ya no es nuestro tiempo (de 9:00 a 17:00 ó de 8:00 a 20:00) sino los resultados de nuestro trabajo. Vendemos nuestras habilidades y competencias, nuestra capacidad de generar resultados y solucionar problemas, nuestro compromiso con la misión, pensando y actuando siempre como socios estratégicos de la organización.
Lo único que nos puede dar seguridad laboral es nuestro propio nivel de empleabilidad como resultado de tener una actitud profesional frente a nuestra preparación, competencias, habilidades y a nuestra capacidad de generar valor y resultados cuantificables.
En esta nueva relación laboral adulta, de venta de servicios y resultados, lo que buscamos es agregar valor cada día de la semana, capacitándonos permanentemente y poder manejar nuestra carrera estratégicamente con el principal objetivo de alinear nuestras metas y planes de desarrollo personales con los de la organización que nos emplea, creando así un vínculo que genere beneficios a ambas partes.